No necesitas fuerza de voluntad para dejar de fumar o reducir cuánto fumas.
La clave está en superar la dependencia mental y cambiar tu manera de pensar sobre el tabaco.
Cuando dejas de ver el fumar como algo que necesitas o deseas en tu vida, no hace falta recurrir a la fuerza de voluntad para resistirlo. Es como con la comida: no necesitas fuerza de voluntad para evitar algo que no te gusta o te hace daño.
A través del Programa Libérate del Métdodo THID, aprenderás a desarrollar tu fuerza mental, que es mucho más eficaz que la fuerza de voluntad.
Por qué la fuerza de voluntad dificulta dejar de fumar
Es resistencia: La fuerza de voluntad implica ir en contra de lo que deseas, lo que requiere esfuerzo y genera estrés.
Crea sensación de privación: Usar fuerza de voluntad significa que quieres fumar, pero te obligas a no hacerlo, lo cual te hace sentir privado. Seguro lo has notado: cuanto más privado te sientes, más probable es que acabes fumando.
Es limitada: La fuerza de voluntad es como un músculo que se cansa cuanto más la usas. Incluso si tienes mucha, esta se desgasta al final de un día largo o en momentos exigentes. (Por eso solemos tomar peores decisiones por la noche).
La fuerza de voluntad no es inútil, pero no es suficiente para un cambio duradero. Puede servir para dar el primer paso, como ver un vídeo sobre dejar de fumar, pero no es sostenible para resistir cada tentación a lo largo de la vida. ¿Podrías resistir cada pensamiento ansioso sobre fumar, incluso en momentos de estrés o emociones intensas? Sería agotador.
¿Qué es la fuerza mental?
La fuerza mental es la capacidad de desactivar pensamientos ansiosos antes de que se conviertan en deseos reales.
Este enfoque no consiste en resistir el cigarrillo que deseas, sino en cambiar tu forma de pensar para que ni siquiera lo desees.
• Fuerza de voluntad: Quieres fumar pero resistes el cigarrillo.
• Fuerza mental: Cambias tu percepción y reduces el valor que atribuyes al cigarrillo, de modo que dejas de desearlo.
La fuerza mental ya está dentro de ti. El Programa Libérate del Método THID te enseña a activarla y practicarla hasta que sea natural para ti, eliminando así los pensamientos ansiosos.
Fuerza mental y pensamientos ansiosos
La fuerza mental también ayuda a silenciar los pensamientos ansiosos relacionados con el fumar, ya que la mente influye directamente en el cuerpo. La forma en que percibes el fumar impacta cómo experimentas las sensaciones físicas.
Si ves el fumar como algo que necesitas, tu cuerpo reflejará ese pensamiento en forma de deseo. De igual modo, si consideras que los pensamientos ansiosos son experiencias dolorosas, tu cuerpo intensificará esa sensación.
Piensa en la última vez que te sentiste ansioso y eso derivó en molestias físicas como dolor de estómago, o cuando te cortaste con papel pero no sentiste dolor hasta que lo notaste. La mente da significado a nuestras experiencias físicas, y usando la fuerza mental puedes suavizar esos pensamientos ansiosos.
De hecho, la mayoría de los deseos físicos son leves y suelen pasar desapercibidos. Como fumadores, vivimos con pensamientos ansiosos durante todo el día y la noche sin darnos cuenta. Lo que realmente los hace abrumadores no es el deseo en sí, sino las historias que nos contamos sobre ellos: “Si no fumo ahora, no podré soportar el resto del día”.
¿Cómo saber si estás usando fuerza de voluntad o fuerza mental?
Fuerza de voluntad:
• Quieres fumar, ves un beneficio en hacerlo, pero te obligas a no fumar.
• Si sientes que “te permites” fumar como recompensa por no haber fumado antes, es probable que estés usando fuerza de voluntad.
• Sentirte privado = usar fuerza de voluntad.
Fuerza mental:
• Contrarrestas los pensamientos ansiosos hablando contigo mismo y desactivando el deseo.
• Si reducir el fumar no se siente como un sacrificio, estás usando fuerza mental.
Si reducir tu consumo de cigarrillos te resulta doloroso, estás usando fuerza de voluntad. Si puedes convencerte de no fumar a través de tu diálogo interno, estás usando fuerza mental.
Guía rápida:
Fuerza de Voluntad vs. Fuerza mental
Fuerza de Voluntad
Fuerza Mental
Resistencia y sensación de privación
Elección consciente y empoderamiento.
Lucha interna sobre fumar o no fumar.
Aceptar que los pensamientos ansiosos no tienen poder sobre ti.
Retrasar el cigarrillo como recompensa.
Interrumpir el pensamiento ansioso antes de que crezca.
Sentir que “no puedes” fumar.
No dejarte seducir por los pensamientos ansiosos.
Contar las horas hasta poder fumar.
Superar la idea de fumar y seguir adelante.
Creer que fumar te hará sentir mejor.
Negarte a entretener esa idea.
Practica la fuerza mental (y hazlo divertido)
Recuerda: es normal que te tome tiempo distinguir entre fuerza de voluntad y fuerza mental. Con práctica, la fuerza mental se vuelve instintiva y sin esfuerzo.
Las lecciones y ejercicios del programa están diseñados para desbloquearla.
¡Empieza a practicar y descubre cómo cambiar tu relación con el tabaco de forma sencilla y natural!
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